21 de nov. 2007

APARCAMARIDOS


Un día soñé que construyeron un centro comercial donde existía un aparacamaridos. En dicho espacio, los cónyuges -de sexo masculino exclusivamente- daban rienda suelta a sus pasiones reprimidas durante la semana: veían el fútbol en la televisión, bebían cerveza de latas semicalientes, ponían los pies encima de la mesita, eructaban al mismo tiempo que se rascaban los genitales.. Y por si eso fuera poco, se había habilitado algunos sacos de boxeo para que el macho pudiera descargar mediante puñetazos la tensión acumulada durante toda la semana laboral. Y ahí no acababan las ventajas de tan utópico servicio: desde los desvencijados sofás en los que se apoltronaban los varones se podía acceder a una consola de videojuegos desde la cual se guiaba virtualmente a la pareja- de sexo exclusivamente femenino- por entre los pasillos de un hipermercado cibernético con el objetivo de que ellas no olvidaran comprar sus cacahuetes con miel favoritos además de decenas de latas de cerveza semicalientes. Mediante esta aplicación multimedia, las esposas, compañeras, amigas o señoritas de compañía -ubicadas en el hipermercado real- recibían impulsos eléctricos ,mediante unos sensores aplicados sobre sus sienes, que les obligaban a adquirir los productos que sus desconsolados maridos requerían. Se premiaba la rapidez de las compras con una sonora palmada virtual en el culo. En el caso de que se batiera el récord de celeridad establecido por anteriores jugadores la mujer recibía un estimulo exacto a la introducción del dedo corazón en su ano. Todas aquellas hembras que superaran la puntuación mínima para entrar en el top ten recibían una tarjeta Visa oro sin límite........
Al explicarle el sueño a un amigo me tomó por loco.